Metodología

La propuesta metodológica pasa por intentar reconstruir la trama relacional de los jóvenes implicados políticamente, de forma que aparezcan en toda su complejidad, incluyendo las formas culturales, históricamente establecidas, alrededor de lo que entienden por agencia política, en relación dialéctica con el resto de grupos etarios. En ese sentido es pertinente presentar las actividades políticas, no aisladamente, sino imbricadas en la totalidad de la cual se nutren y a la cual transforman. Eso permitiría evaluar, analizar y describir la capacidad de influencia política de los jóvenes. Esta producción política de la juventud acontece en el trabajo, en el juego, en la calle, con los amigos, los profesores, los padres, los hermanos y los jefes, a partir tanto de elementos propios como de influencias transnacionales, entrelazándose con la clase, el género, la pertenencia étnica y lo local.

Los jóvenes construyen sus manifestaciones culturales y políticas como grupos locales con tradiciones concretas, apareciendo formas mixtas de contestación política. Por eso, rastrear las conexiones de los diferentes grupos juveniles activos políticamente permitiría, de alguna manera, describir y establecer si se han formado tramas transnacionales de intercambio de saberes políticos. En ese sentido, la red se ha convertido en un artefacto cultural esencial para la producción de imágenes políticas que han traspasado las fronteras nacionales y los jóvenes están a la vanguardia de su producción creativa. Sin embargo, estas expresiones no sólo representan una especie de mezcla. La potencialidad del trabajo mestizo de los símbolos políticos creados por las culturas juveniles, aparece en la yuxtaposición de las formas locales con las formas y los discursos de la cultura popular, impulsados globalmente. Por una parte, los marcos referenciales locales; por otra, los construidos a partir de los materiales de la cultura popular global, negociando entonces en su contexto la adecuación de un marco u otro según los objetivos perseguidos. Entre las culturas juveniles, este proceso se produce habitualmente durante la actividad grupal (Willis, 1990), suscitando la aparición de nuevas formas, y permitiendo tanto afirmar lo local como oponerse. En algunos casos, la apropiación de los materiales de la supuesta cultura juvenil global, puede crear nuevos elementos a nivel local, pudiendo adquirir un sentido de oposición política y rechazo al modelo dominante. De nuevo, es el empirismo propio de la antropología el que puede aportar razones para un debate abierto en torno a la supuesta aparición de una contracultura juvenil global.

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